Recopilo acá algunos mensajes recibidos en el blog. No sé en qué medida calcular la alegría que me despiertan cuando escriben ¿en kilos, en millas, en nudos? ¿Por qué tanto escombro se preguntarán? Porque en ese momento siento que lo que escribo llegó y despertó una reacción. Me confirma que no escribo para nadie sino para alguien que me lee en algún lugar. Y eso, créanme, no tiene precio.
Dice Luz Vergara:
Leyenda familiar sobre las esquelas (avisos fúnebres). Cuando nací, me vino a visitar la Baba (mi bisabuela, que conociste) y le dijo a papá: «¿Por qué le diste un nombre de vieja judía a tu hija?» y papá le contesto «Bueno, de judía puede ser, pero ¿por qué vieja?» Y mi bisabuela le contestó: «Porque cada vez que leo las esquelas y se murió una Luz, era una vieja judía»… La imparable lógica de la familia Saslavsky and Co…
Dice Angel Goldman:
Hans Ruesch falleció a los 97 años, era corredor de autos.
De paso agrego, si tienen oportunidad antes o después de ver Araoz y la Verdad, lean el libro homónimo de Eduardo Sacheri. Van a disfrutar dos veces.
Sin duda somos de la misma generación, leo los avisos fúnebres de La Nación bien temprano y, más de una vez, tuve que poner mi aviso al día siguiente.
Dice Mile Vrtikapa:
Hace días que quería escribirte sobre cualquier tema. Ahora veo que tenemos la misma costumbre al leer el diario. Cuando están visitándome mis hijas y considerando que ahora no es como antes que salíamos a tomar un cafecito por aquí y por allá antes de hacer alguna compra o recoger algo de la costurera o de la relojería… o lo que fuera, ahora prefiero quedarme y disfrutar de todo lo que tengo. Entonces luego de las conversaciones matutinas, leo el diario del día o del anterior si no hubiera tenido tiempo de hacerlo.
No es un pasatiempo ni una curiosidad morbosa, es simplemente ponerme al día y ver “quienes se me han adelantado” y con quienes no voy a poder conversar jamás. Me ha impresionado que ya no conozco a nadie que figure en dichos avisos. Entonces es cuando doy gracias por estar todavía, digamos que “en onda” y bien de salud.
Los informes y comentarios políticos los paso de largo… salvo que encuentre algo muy “escabroso” y decida escribir algo sobre el tema.
Seguramente muchos Octogeniales te escribirán sobre la lectura de los diarios. Ya hice mi parte…
Si me quieren ver feliz… escriban, escriban!