Lo que se fue, lo que llegó

Algo de lo que los octogeniales vimos desaparecer

Supongo que si, como leí hace unas semanas, cerró un pub de mil años de existencia en Gran Bretaña no es raro que se hayan esfumado algunas cosas más de nuestras vidas. Como resultaría imposible hacer un listado completo de lo que dejamos de ver, van solo unos primeros ejemplos que se me ocurrieron.

*Los paragüeros anulados por los paraguas descartables.

*Los colchoneros víctimas de los resortes y la espuma de poliéster.

*El casamiento que pasó a ser un «juntarse a prueba para siempre».

*Los buenos modales reemplazados por los malos y la falta de respeto.

*Los afiladores -aunque a veces todavía se escucha alguno por los barrios- reemplazados por el afila cuchillos de rueditas.

*Los tapados de piel, antaño símbolo de elegancia y de situación acomodada, que pasaron a ser emblemas de la crueldad hacia los animales.

*Las ollas de aluminio que había que pulir con virulana sucumbidas ante las de teflón y de acero inoxidable.

*Algunos de los pocos restaurantes tradicionales de siempre a cambio de un estallido de nuevos locales de todo tipo.

*Muchos platos caseros sustituidos por congelados y deliveries que cubren cualquier apuro.

Algo de lo que los octogeniales vimos aparecer

*Los nunca imaginados celulares que terminaron con los teléfonos anteriores de cualquier color.

*Internet que terminó con las cartas de amor escritas en papel, perfumadas y con flores secas.

*El casamiento igualitario que hizo que los gays sean hoy día de los pocos que todavía se casan (además, es cierto, de alguna gente paqueta y los artistas y los nobles que aparecen en la revista Hola!).

*La TV, la TV Color y la TV por cable, que crearon un grupo de adictos mayor que el de todas las drogas juntas.

*La tostadora y la pava eléctricas y la cocina de microondas (usada casi solo como calentador).

*Una variedad de vinos difícil de memorizar en lugar de los tres o cuatro viejos conocidos.

*El furor por los cursos de cocina y por querer ser chef, posiblemente para recuperar algo de comida casera.

*El freezer y las pastillas anticonceptivas que, según leí alguna vez, se consideran dos de los mayores cambios de la historia.

*Gente viviendo en la calle. No más el caso esporádico del pobre borracho o el mendigo que se habían caído del sistema sino familias enteras instaladas con muebles y colchones.

*Los cartoneros, a veces denominados con elegancia recicladores urbanos, que no dejan de ser sufridos trabajadores fuera del sistema.

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