De las pelis que vi, «Arboles de la paz» es una película extraordinaria y muy, muy fuerte. Trata de cuatro mujeres que logran refugiarse durante la implacable guerra entre tutsis y hutus en Ruanda. Es para no perderla sabiendo que es brava por el tema, por el encierro que a los post pandémicos nos resuena mal y porque tiene una mirada femenina muy especial desde la directora. «Emperatriz» en cambio, es una versión nueva y bastante novelada sobre Sissi, la emperatriz de Austria. Regia para descansar, para ver cómo se puede sufrir con las exigencias de la corte siendo princesa y para observar los peinados que se inspiran en «Bridgerton» y la ropa que es moderna pero en versión imperial, con algunas actuaciones descollantes como la de la madre de Francisco José. «Mi otra yo» es una serie breve, turca, donde tres amigas inseparables buscan una salida diferente a los problemas de sus vidas. Entretenida, hasta da para pensar en algún momento. Todos los intérpretes excelentes en particular la madre de una de las chicas, imbancable. «El kiosco» es argentina, pretende ser una tragicomedia, no llega del todo pero es divertida en algunos momentos. Para definirla en dos palabras, bien argenta. Por Netflix.
Vi «Terapia amorosa» por Teatrix en el ciclo de Amia y la dejé por la mitad porque no pude tolerar tanto griterío inútil. Lástima, la idea es buena y los actores también ¿qué habrá pasado con el director?
«Sinfonía de pasión», muestra parte de la vida de Antonin Dvorjak, es una peli checa que se puede ver por por Prime y muestra aspectos interesantes de su vida.
Por último fui por primera vez a «la ballena» del CCK a escuchar un concierto. Me gustó el lugar, la acústica es buena y es bastante increíble que se pueda escuchar gratis a la Sinfónica Nacional con un solista. De hecho había unos cuantos turistas que seguramente lo creerían menos que yo. También resulta insólito que se llegue en treinta y cinco minutos de impecable subte desde Belgrano y que haya que hacerlo porque no hay playas para estacionar cerca.