Aportes de dos lectoras

Para que todos puedan leerlos reproduzco acá dos comentarios de lectoras. ¡Me encanta que aporten!

Luz Vergara, 57, desde Formentera, Islas Baleares, mandó el siguiente texto que inauguró el foro:

¿Se han dado cuenta que desde hace un tiempo, cuando vemos la palabra «gratis» enseguida nos entra la paranoia? Pensamos «esto es un timo o un fraude» (y no digo que a veces no lo sea)… Me recuerda lo que le pasó a mi padre, hace ya unos años atrás (desde entonces se fue a visitar su «país de las maravillas” o eso quiero pensar).

Volvamos al cuento: después de haber digitalizado toda su colección de cds, los quiso donar y eran unos cuantos. Así que montó un puestecito en el mercadillo de segunda mano en Formentera, con la idea de dejar que la gente se sirviera, según su gusto musical. (Dicha colección era un «smorgasbord», había de todo, desde música barroca a los Sex Pistols). Y todo el mundo pasaba, miraba y encontraba algo que le gustaba, pero nadie se atrevía a llevárselo, como si no pudiera entender. Era como si pensaran «¿Qué hay detrás de éste que dona ese montón de cds? Así que mi padre tuvo que venderlos a 1€ cada uno. Que está bien, sí, gano algún dinero, pero no era su idea al principio.

Me acuerdo que dijo, «Pero, ¿qué le pasa a la gente? ¿Por qué no aceptan la idea de la donación?» Y a mí me pasó lo mismo cuando falleció mi madre en 2013; me quede con un montón de ropa y empecé a regalar lo que no era mi estilo o mi talla. Y la gente siempre o casi siempre quería pagar; menos mis amigas cercanas que entendían lo que estaba haciendo. No podía tirar ninguna de esas prendas, me hubiera roto el corazón y prefería regalársela a gente que sabía que las iba a usar. De ese modo, de alguna manera, mi madre seguiría “viva”. Así que, cuando es gratis, no es siempre un timo…

Desde Perú, Mile Bueno dice:

I. Comparto todo lo que cuentas. Que suerte que alguien piense como yo…octogeniales.com me parece genial. Voy a seguirte y algún día te mandaré algo de lo que hago. En realidad me considero pintora, convertida en escritora al no poder por el momento pintar por una alergia. Tengo 83 años hasta el mes de Julio. Me encanta, te voy a seguir. Estamos al habla… hasta pronto. Mile

II. Daniela, te cuento que soy una artista que cambió la pintura por la escritura. Era muy feliz pintando y no se cuando lo volveré a hacer. Durante la pandemia tuve que dejar el acrílico y pensé que los años pasan, y ahora demasiado rápidamente para mi gusto. De rato en rato escribía comentarios de mi vida en el colegio, un colegio de avanzada, donde estuve desde Kínder hasta terminar. Soy alérgica y empecé a notar que al usar el acrílico, éste me estaba afectando a la respiración así que lo suspendí por el momento, y a mis 84 años también pensé que tendría que hacer algo para “ocupar mis momentos ociosos”. Empecé a escribir y escribir de todo lo que se me ocurriera: si del perro que caminaba por la calle, del pajarito cantando en las ramas de los árboles, mis grupos de amigas, las ardillas de los cables de teléfono. En fin, la escritura me ha abierto un mundo que nunca creí que iba a ser mío.

Mile

Nota al pie:

¡Fíjense cómo coincide con mi nota donde sugería que escribieran libros!

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